La maravillosa idea

Llevamos siglos encontrándonos en garitos, exposiciones, conciertos y festivales, y en los últimos tiempos, con o sin niños, también en conciertos matutinos o festivales vespertinos… Y no sabemos si en un ataque nostálgico, pero pensamos en que a muchos os consideramos amigos o colegas y a casi todos os tenemos un aprecio especial.

A lo largo de estos años, la vida nos ha llevado a compartir muchos momentos juntos, y nos apasionan las mismas cosas, los mismos lugares, los mismos libros, las mismas series y pelis.. pero sobre todo la música.
Seamos conscientes o no, estamos unidos.

Así que decidimos que estábamos cansadas de conoceros a medias y que era una buena idea propiciar una ocasión, ahora que somos mayores, por poco que nos guste la idea (especialmente a nosotras), en la que podamos preguntarnos aquello tan americano de “¿ y tú en qué trabajas?”… Porque nunca lo hemos hecho antes y porque igual resulta que podemos colaborar unos con otros, y ayudarnos mutuamente a hacer crecer nuestros proyectos. Es así cómo surge la idea de este Autónomos Suicidas, y también porque, para pagar esa cuota de Autónomo hay que estar loco o ser un Suicida, y creemos que en esta especie, tribu, comunidad o lo que sea esto… un poco locos sí que estamos todos.

Y entre estos locos, nuestros amigos, quienes no dudaron en animarnos y ayudarnos a hacer realidad esta idea. Rápidamente se sumaron a la historia Assad (artista plástico y músico), Josep Escuin (fotógrafo), Carme Sebastiá, Mireia Pérez (actriz e integrante de Sokolov), Lucía y Álvaro de Woodyloop (carteles luminosos), Juanan Ramos (técnico de sonido),…sin preguntar ni siquiera por la pasta. No la había. Como veis con nuestros amigos tenemos muchísima suerte. También Kaiko (fotógrafo y Dj), Raul Tamarit (parte de Los Radiadores y del George Best Club), y Charles Matalí nos siguieron en esta locura.